La Disfunción Eréctil

By |2021-04-07T07:05:31+02:00October 19th, 2020|Public|
Dr. Ferran García. Andrólogo y presidente de ASESA (Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva).

Octubre 2020,

La disfunción eréctil (DE) se define como: “la incapacidad permanente para iniciar o mantener una erección suficiente como para permitir una relación sexual satisfactoria”. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció en el año 2000 que la salud sexual es un derecho fundamental del individuo y que la DE es un problema de salud en todo el mundo. La DE afecta a la calidad de vida de quién la padece y de su pareja, pudiendo causar alteraciones psicológicas como ansiedad y pérdida de autoestima.

Según el estudio EDEM (Epidemiología de la Disfunción Eréctil Masculina), realizado en España y publicado en 2001, el 12% de los varones españoles entre 25 y 70 años sufre de DE en mayor o menor grado y su frecuencia aumenta con la edad, siendo más frecuente a partir de los 40 años. La extrapolación de estos datos al total de la población española supondría que aproximadamente 2 millones de españoles padecen de DE. A pesar de estas cifras, es una enfermedad infradiagnosticada e infratratada, ya que se estima que sólo unos 300.000 hombres estarían diagnosticados y aún menos serían tratados. Esto es debido a que para muchos hombres que la padecen sigue siendo un tema tabú y no consultan al médico por miedo, vergüenza o desconocimiento.

CAUSAS DE LA DISFUNCIÓN ERÉCTIL

En la erección intervienen mecanismos neurológicos y vasculares modulados por factores hormonales (andrógenos), la alteración de cualquiera de ellos puede ser causa de DE. Clásicamente dividimos las causas de DE en dos grandes grupos: psicológicas y orgánicas (físicas).

Causas psicológicas

Las causas psicológicas puras, es decir sin factores físicos asociados, representan aproximadamente el 20% de los casos. Aunque pueden darse a cualquier edad son más frecuentes en pacientes jóvenes, debidas a la falta de experiencia sexual o por la ansiedad y el miedo al fracaso tras un primer episodio de falta de erección. Es muy importante subrayar que un episodio ocasional de DE es algo perfectamente normal que le pasa a la mayoría de los hombres.

Causas orgánicas o físicas

Cualquier trastorno que cause lesión en los nervios o deteriore el flujo sanguíneo en el pene puede causar DE.  Las causas orgánicas representan el 80% de los casos y su frecuencia aumenta con la edad, aproximadamente a los 40 años el 5% de los hombres presentan DE, este porcentaje aumenta hasta el 15-25% a los 60 años.  Con el aumento de la edad es normal que se experimenten cambios en la función eréctil. Las erecciones pueden tardar más en producirse, no ser tan firmes o requerir una estimulación más directa para desarrollarse. Los hombres también notan que sus orgasmos son menos intensos, el volumen del eyaculado es menor y el tiempo de recuperación aumenta entre erecciones.

La DE es plurietiológica, es decir, existen muchos y variados factores que pueden producirla, algunos de ellos son modificables, la mayoría de ellos relacionados con los hábitos de vida. Así, la obesidad, el tabaco y la falta de ejercicio influyen negativamente. Otros factores modificables son la hipertensión arterial, la diabetes mellitus (el 50% de los diabéticos presentan DE a partir de los 10 años de evolución de la diabetes), dislipemia (aumento de colesterol y triglicéridos). Todos estos factores son considerados de riesgo vascular y tienen un efecto sinérgico entre ellos, es decir se potencian entre sí. Cuantos más se presentan al mismo tiempo mayor riesgo de enfermedad arterial, ya que producen endurecimiento de las arterias (arterioesclerosis) del cuerpo, también en las arterias que llevan la sangre al pene. La modificación de estos factores produce una mejoría significativa de la función eréctil y de los marcadores de enfermedad cardiovascular.

Otros factores modificables son: el alcohol, fuera de los efectos pasajeros que una borrachera pueda tener sobre la función eréctil, por depresión del sistema nervioso central, el alcoholismo crónico provoca insuficiencia hepática o cirrosis, disminuyendo la producción de testosterona y aumentando los estrógenos (hormonas femeninas), y las drogas, la marihuana pueden disminuir los niveles de testosterona, el consumo crónico de cocaína se ha relacionado con una disminución de la libido y DE. Interrumpir el consumo de las drogas a menudo puede mejorar el problema.

Multitud de medicamentos pueden producir DE, entre los más frecuentes están los fármacos para el tratamiento de la hipertensión arterial y enfermedades cardíacas, la depresión y la psicosis, y algunos que disminuyen la testosterona y que sirven para el tratamiento de enfermedades de la próstata o para el crecimiento del cabello.   Suprimir el tratamiento si es posible o sustituir el medicamento puede mejorar el problema.

Cirugías a nivel de la región abdominal y pélvica principalmente por cáncer de próstata, recto, colon, vejiga y finalmente procesos que afectan al sistema nervioso central como accidentes vasculocerebrales (hemorragias, embolias, infartos cerebrales) y procesos degenerativos como el Parkinson y el Alzheimer, también pueden ser causa de DE.

Hemos hecho un repaso de los factores y causas más importantes relacionados con la DE y como vulgarmente se dice “no están todas las que son, pero son todas las que están”. Como reza el título, la disfunción eréctil es algo más que un problema sexual, por lo que no quisiera finalizar este artículo sin resaltar la importancia de su diagnóstico precoz como una herramienta preventiva de salud. Esa importancia viene dada por la clara relación existente entre la DE y determinados factores de riesgo como las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, el síndrome metabólico, la depresión o los síntomas del tracto urinario inferior.

Actualmente la DE se considera un marcador de salud (síntoma centinela), una manifestación temprana de ateroesclerosis y un gran marcador de enfermedad cardiovascular precediendo a la angina de pecho en 2-3 años y a otros episodios vasculares más severos como el infarto de miocardio en 3-5 años.

Por lo que los pacientes que presenten DE, especialmente a partir de los 40 años, deberían considerar que tras esta disfunción sexual puede ocultarse una patología más grave para su salud.