Cáncer & Suicidio

By |2022-09-29T18:01:41+02:00September 29th, 2022|Public, Uncategorized|
Dra. Tània Estapé, Psicooncóloga

Septiembre, 2022

Aunque las reacciones emocionales en el paciente oncológico se definan como normales o coherentes a la situación, es importante no dejar de tener en cuenta algunos riesgos de que el paciente acabe padeciendo algún tipo de trastorno más severo, sobre todo cuando hay antecedentes. Sería por la vulnerabilidad de estos hombres que una noticia como es un diagnostico de cáncer podría provocar una recaída. Es de especial importancia detectar el riesgo de suicidio que puede darse en algunos pacientes. Es más elevado en hombres bajo procesos depresivos, pero no hay que desestimar que altos niveles de ansiedad podrían inducir a un intento autolítico. Nunca hay que descartarlo, pues a veces hay personas que intentan suicidarse y aparentemente no presentaban este riesgo, pero después se han hallado escritos o notas donde se reflejaba de forma muy clara.

¿Cuáles son los indicios que debemos tener en cuenta en este sentido? Las siguientes pistas pueden ser útiles:

Verbalizaciones más o menos claras de un deseo de morir: hay pacientes que lo expresan claramente, pero otros de forma más sutil. Una forma muy habitual es cuando el paciente dice que ojalá pudiera dormir todo el día. Nos está indicando un claro deseo de desconectar de una realidad dolorosa. Hay que incluir aquí́ aquellas expresiones que indican una disminución de la autoestima, o sentimiento de inutilidad o de ser una carga. La lógica que subyace a esto es que mejor desaparecer para dejar de ser una molestia para todos.

-Expresar intención de abandonar el tratamiento: cuando un hombre de manera más o menos clara comenta si vale la pena seguir con el tratamiento, o que se está cansando del mismo, hay que tener cierta precaución, pues está indicando un cansancio de vivir.

Pérdida de higiene: es importante tener en cuenta que uno de los aspectos que conlleva la depresión (sobre todo las más graves) es una pérdida de interés por uno mismo, incluyendo el cuidado personal. Cuando se detecta esto, que puede ser muy sutil y progresivo, también es una señal de alarma de un proceso de dejación e interés por uno mismo.

Disminución o eliminación de actividades placenteras, o de actividad en general: cuando una persona deja de ser activa, va reduciendo las cosas que hace y deja de disfrutar con las que antes le gustaban, es también un indicador importante de riesgo de suicidio.

No debemos estar siempre pendientes de lo que nos dice el paciente o lo que hace, pero si ciertos indicios nos deben servir de alarma para poder valorar la necesidad de acudir a un profesional especializado.

 

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