Junio, 2023
El Síndrome de Alienación Parental (SAP) es un proceder detectado en el menor en el que éste ejerce una serie de conductas evitativas y de rechazo hacia uno de los progenitores. Esta serie de comportamientos son dirigidos y promovidos, mediante diferentes estrategias, por el otro progenitor o su entorno.
El objetivo no es otro que menoscabar y deteriorar la relación filioparental.
El SAP excluye, obviamente, aquellos casos en que ha habido situaciones de maltrato.
Se acostumbra a dar cuando las parejas se encuentran en plena separación o divorcio, enmarcados en procesos de ruptura traumáticos i/o conflictivos. No obstante, se dan casos en los que la manipulación se prolonga durante mucho tiempo, con efectos irreversibles.
La mayoría de casos esconden resentimientos de pareja i/o intereses diversos, como otorgación de custodias, asignaciones de inmuebles o pensiones.
Detrás del SAP hay uno de los ejercicios de egoísmo más deplorables que puede practicar un adulto: utilizar a su propio hijo como herramienta con el objetivo de dañar a otra/s persona/s.
Mentiras, invenciones, hablar mal del otro progenitor o referirse a él con insultos son algunos ejemplos utilizados para ejercer esa manipulación sobre el menor. No obstante, también hay una serie de acciones por omisión con un impacto enorme; la desinformación, la exclusión en la toma de decisiones sobre el menor, etc.
Ambas estrategias adquieren un efecto devastador cuando son ejercidas durante mucho tiempo, especialmente en el menor. Los sentimientos y comportamientos de rechazo, odio, agresividad, rabia, inseguridad o incomodidad, entre otros, afectan la relación del menor no sólo con el progenitor sino también con su entorno en general (familia, amistades, docentes, compañeros de clase, etc..). El impacto se observa tanto a nivel emocional como conductual.
Cabe destacar que el objetivo de dañar al progenitor se extiende también, por defecto, a todo su entorno familiar (padres, hermanos, primos, amigos, etc.).
En este sentido, las custodias compartidas han sido un gran avance, no sólo para corresponsabilizar a ambos progenitores sobre sus hijos, sino también para reducir comportamientos como los descritos.
Incomprensiblemente, la legislación en España no incluye en sus artículos la penalización del SAP, entendido como un tipo de maltrato, tanto hacia el otro progenitor y su entorno como hacia el menor.